Diego Berrueta

(This is a reprint of the original post)

Que la carrera espacial ha dado paso a la explotación comercial del espacio (y de las tecnologías desarrolladas durante la carrera espacial) es algo fuera de toda duda. El caso más ubicuo es la televisión por satélite, una realidad que hoy parece completamente natural. Como todos sabemos, el turismo espacial a pequeña escala ha comenzado ya, y muchas empresas compiten por construir las naves espaciales que popularizarán este nuevo turismo. Hace tiempo que algunas empresas ofrecen la posibilidad de enviar una pequeña parte de las cenizas de los muertos a orbitar para siempre alrededor del Sol. Pero hoy me ha sorprendido (y disgustado) esta nueva iniciativa: hacer impactar contra la Luna un paquete de 10 kilos. Me ha resultado especialmente desagradable el comentario del presidente de la compañía que oferta este servicio: "el proyecto MoonCrash podría ser atractivo para cualquier niño rico aburrido, que esté cansado de jugar a estrellar sus aviones por radiocontrol y quiera subir un peldaño".

Por otra parte, me gusta la gente que es coherente.