Diego Berrueta

(This is a reprint of the original post)

Dentro de un rato voy a marcharme a La Urz para pasar unos días, concentrado en mi proyecto pero sin acceso a Internet. De modo que si alguno quiere pasarse por allí a dar un paseo, o a disfrutar de la peor cobertura de la boda del siglo, será bien recibido.

Además, espero tener la oportunidad, durante estos días, de disfrutar de un espectáculo astronómico poco usual: la presencia simultánea en el cielo de dos cometas. Hay mucha información en estos dos enlaces: uno y dos.

No obstante, antes de marchar quería hacerme eco de la convulsión que ha provocado anuncio de la nueva versión de Movable Type, su conocido programa para publicar bitácoras personales. Una de las cosas que más me ha llamado la atención en los últimos tiempos es cómo Movable Type podía tener tanto éxito entre los miembros de la comunidad del software libre (desarrolladores, principalmente) siendo un programa que no era software libre (aunque sí gratis y con fuentes, pero sin las cuatro libertades). Por fin, con la publicación de la versión 3.0 de Movable Type, ha sucedido lo que se veía venir: se acabó la gratuidad y otras ventajas. Esto debe servir como toque de atención que nos haga reflexionar sobre la importancia de que el software sea libre: no es suficiente con que parezca libre.