07 Oct 2004: de cómo enladrillar y desenladrillar
(This is a reprint of the original post)
Hay días en los que la suerte no acompaña. Hoy he intentado meter Linux en mi PDA, con un resultado francamente malo. Lo convertí en un ladrillo. Evidentemente, la culpa es mia. Me había leído toda la documentación que pude encontrar, que fue bastante, excepto una página web que producía un error 404 al intentar acceder. Aun así, decidí seguir adelante, confiado en que esa página no podía contar nada que no apareciese en el resto de manuales. Y así fue como cometí el error. Fallé en la elección del bootloader apropiado (como otros antes que yo) y mi PDA ya no arranca. Lo más cruel es que después encontré una copia de la página web a la que me refería antes, y en ella se subraya la importancia de elegir el bootloader correcto.
¿Está todo perdido? En realidad, no. Una opción sería enviar el PDA a los laboratorios de HP en Cambridge, donde se comprometen a desenladrillarlo gratis (ojo, esto sólo es cierto para los iPAQs, no sé si lo será para el Jornada). Esta opción supone unos 150 dólares en portes, según la experiencia de otros desafortunados poseedores de ladrillos de alta tecnología. Evidentemente, un precio fuera de presupuesto para un PDA de segunda mano.
Pero hay otro camino: intentar desenladrillar el PDA con medios propios. Hay gente que lo ha conseguido. Para eso, utilizan herramientas como JTag (está en Sid), que acceden a los microcontroladores a bajo nivel, para reflashear la EEPROM. Añadiéndole a eso el trabajo de la gente de Handhelds, y la experiencia de los que me precedieron, quizás pueda lograrlo. Aunque ahora no me va a librar nadie de construir un cable específico, y aparentemente bastante más complicado que el que buscaba hace unos días.