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20 Oct 2004: deje aquí su curriculum

(This is a reprint of the original post)

Alguno dirá que últimamente estoy un poco guerrero y que en mis últimas entradas en la bitácora me he despachado con cierto sistema operativo y con algunas páginas web. Para que no decaiga, hoy voy a enfadarme (aunque más brevemente) con los formularios que algunas empresas ponen en su web para que los candidatos rellenen su CV. Vamos allá.

Está claro que este tipo de formularios son una comodidad para la empresa en cuestión, porque así puede captar los datos de una manera normalizada. Eso les permitirá, sin duda, introducirlos directamente en una base de datos y hacer consultas (y filtrados).

Sin embargo, estos formularios son un gran incordio para el candidato. Suelen ser muy largos, porque al fin y al cabo, es mucha la información que hay en un curriculum. Algunos incluso se rellenan en varios pasos. Por descontado, sólo valen para una empresa (no considero aquí las webs de búsqueda de empleo). Cada uno tiene un formato distinto, permitiendo más o menos prosa, y utilizando controles distintos para dar entrada a la misma información. En cualquier caso, utilizar estos formularios es, desde el punto de vista del candidato, mucho más incómodo que enviar un CV en PDF a una dirección de correo.

Teniendo en cuenta, por muy crecido que tengamos el orgullo, el mayor interesado en conseguir un contrato somos nosotros mismos (el candidato), no nos queda otro remedio que entrar en el juego y rellenar los formularios de marras. Por eso resulta especialmente irritante que, después de dedicar un rato a rellenar pacientemente el centenar de campos del formulario, descubramos que hemos perdido el tiempo. Y por desgracia, mi experiencia me conduce a pensar que es algo que sucede con frecuencia. Ahí van tres ejemplos:

  • Una vez rellenado el formulario, pulsamos en el botón Enviar, para que el servidor nos responda con un IO Error.
  • Una vez rellenado el formulario, pulsamos en el botón Enviar, para que el servidor nos conteste que falta por rellenar cierto campo. Sobra decir que ese campo fue rellenado con gran entusiasmo por el candidato, que ahora reacciona con indignación al comprobar que la aplicación no se percata de ello.
  • Una vez rellenado el formulario, pulsamos en el botón Enviar, para que el servidor nos comunique, con gran pesar por su parte, que hemos empleado demasiado tiempo cubriendo el enorme formulario, y que por motivos de seguridad, la información ha sido rechazada. Naturalmente, cualquier intento de no perder los datos almacenados en el formulario para emplearlos en sucesivos intentos es en vano.