Diego Berrueta

(This is a reprint of the original post)

Acabo de recibir una carta cuyo contenido me deja algo asombrado. Una de las empresas a las que he enviado mi CV en fechas recientes me envia una comunicación postal para informarme de que no tienen ninguna vacante que se ajuste a mi perfil. También me dicen que ellos no gestionan las selecciones de personal, sino que lo hace por ellos una empresa diferente. Como deferencia, me dicen que esa otra empresa de gestión de personal podría colocarme en otra de sus empresas clientes. Hasta aquí, todo parece tener sentido.

Lo sorprendente es lo que sigue: "conforme la ley de protección de datos, se le informa que para proceder a dar traslado de su CV a (XXXX) se requiere su consentimiento. Con el fin de facilitarle este trámite, entendemos que usted consiente, salvo contestación escrita en contrario en el plazo de 15 días, al traslado".

¡Ehhh! ¿yo consiento? ¿qué clase de protección de datos es esta? A ver, llevémoslo a otro plano: imagínate que recibes una carta del partido político que peor te caiga, diciendo que salvo comunicación escrita en contrario, entendemos que usted nos da su voto en las próximas elecciones. ¿A alguien le parece normal? Me imagino que no. ¿Por qué el derecho al voto y el derecho a la protección de datos son distintos?

Bueno, que no cunda el pánico. Tengo 15 días para enviar al carta, que además no venía certificada. Un momento... la carta tiene fecha de ¡hace 20 días! Maravilloso. Da gusto saber que mis datos están tan bien protegidos.