Diego Berrueta

(This is a reprint of the original post)

Esta semana celebramos las V Jornadas de Software Libre en Asturias. Un año más, y ya son cinco, estuve metido en las labores de organización, y eso que en esta ocasión había anunciado con tiempo mi "retiro". Eso sí, mis responsabilidades este año estuvieron un par de escalones por debajo de lo que empezaba a ser normal.

Sin embargo, mi estómago no debió pensar lo mismo, y me maltrató durante la semana previa, e incluso durante el primer día de las Jornadas. Cuando me hacía a la idea de que tendría que perderme las Jornadas, entonces tuve una súbita mejoría, que me permitió dar con normalidad mi charla e incluso moderar la mesa redonda.

No es el momento de analizar en detalle las Jornadas. Estoy muy cansado ahora para hacerlo. Además, eso se tratará en la próxima asamblea de AsturLiNUX.

Esta semana ha sido una de las más completas que recuerdo, porque a la celebración de las Jornadas, se ha unido un cambio de trabajo. El jueves finalicé mi relación con el grupo de Química Cuántica de la Universidad de Oviedo, con quienes he estado cinco meses, y donde no dejo compañeros de trabajo, sino amigos. Una experiencia muy enriquecedora para mi, tanto en el plano personal como en el profesional. En este último, he podido desarrollar nuevas habilidades en la administración de sistemas.

Y dejo un sitio tan agradable para iniciar un nuevo proyecto profesional en un ámbito distinto, el del desarrollo de software. Mi nuevo contrato tiene asociadas unas cláusulas de confidencialidad muy estrictas, por lo que no puedo dar muchos detalles. No obstante, no creo que haga ningún mal si digo que es en la Fundación CTIC, una entidad semipública vinculada al Principado de Asturias. Como ya he dicho, mis labores estarán ahora relacionadas con el desarrollo de software y no con la administración de sistemas. Ayer jueves empecé a trabajar, en lo que espero sea un proyecto muy estimulante, y que a buen seguro me va a incentivar para aprender un montón de cosas nuevas.