Diego Berrueta

(This is a reprint of the original post)

Ayer di una charla de introducción al software libre en Corvera, invitado por Sagrario y Jose. El público, aunque escaso, se mostró participativo, y muchos se quedaron a una tertulia después de terminar la conferencia. Aprovechamos para repartir algunas sobras (bolígrafos, carpetas, etc.) de las V Jornadas.

Con esta ya son 13 conferencias, talleres o seminarios en las que he sido ponente, contando sólo las relacionadas con AsturLiNUX. Aunque la experiencia me va dando soltura, siempre soy muy crítico con mis charlas. Ayer, por ejemplo, me excedí ampliamente con el tiempo, más de lo habitual. Tampoco es que hubiera un horario predeterminado, pero no pretendía sobrepasar los 45-60 minutos, y no paré de hablar durante dos horas. Bueno, es cierto que no sólo di una introducción al software libre, sino que hice una demostración práctica, y una presentación de AsturLiNUX.

En el turno de preguntas, que estuvo bastante animado, di todo un recital de malas respuestas. En lugar de responder de forma breve a las cuestiones, aproveché las preguntas para prolongar mis explicaciones durante cinco minutos, en cada ocasión. En muchas ocasiones, incluso perdí el hilo de la pregunta. Aunque no es la primera charla de introducción al software libre que doy, en esta ocasión intenté aprovechar algunos argumentos de RMS que normalmente no utilizo. Cuando lo hice, me encontré especialmente incómodo, y creo que no saqué partido a esos argumentos.

Bueno, tampoco es que tuviera que abandonar la charla entre tomatazos. Creo que no salió mal, pero me gusta más fijarme en los aspectos que quiero corregir. Después de mi intervención, Sagrario habló de reciclaje de ordenadores, dándome toda una lección de concisión.