Diego Berrueta

(This is a reprint of the original post)

Estos últimos días he leído una biografía de Wernher von Braun. Se trata de un personaje que me fascina desde hace muchísimo tiempo, cuando leí otra biografía anterior y su libro "La frontera espacial". Este alemán fue el cerebro que creó para los nazis la V-2, el primer misil, y que después de la guerra continuó creando misiles para los EEUU, hasta que al fin pudo cumplir sus sueños de viajes espaciales y construir el colosal cohete Saturno V que lanzó al hombre a la Luna. Von Braun no sólo fue un ingeniero extraordinario, sino que se convirtió en un gran divulgador, en el rostro del programa espacial americano (además de los astronautas, claro). Durante dos décadas, su fama fue mundial, a la altura de otros iconos contemporáneos, como Elvis. Utilizó sus dotes de orador para convencer al Congreso de los EEUU y a los contribuyentes americanos de que su ideas de viajes por el espacio podían convertirse en realidad. Cautivó a toda una generación de ingenieros que hicieron posible el proyecto Apolo, y contagió la pasión por la astronáutica otros que hemos venido después.