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Retorno de vacaciones

(This is a reprint of the original post)

Hoy es mi último día de vacaciones. Qué le vamos a hacer, no iban a durar siempre. Estos últimos quince días lo he pasado estupendamente, distrayéndome del ordenador y de Internet. Naturalmente, he estado el monte, disfrutando de un tiempo excelente. La cordillera actúa como barrera para las nubes que cubren habitualmente Asturias (veáse la foto adjunta), y la altura atenúa el calor de la meseta. Los árboles y el agua hacen el resto para proporcionar un clima veraniego envidiable.

Alguno se preguntará cómo es posible no aburrirse en un lugar tan aislado. Supongo que depende del carácter de cada uno. Yo me entretengo con largos paseos por la montaña, mucha lectura (en estos días cayeron un puñado de libros) y algo de música, cine o guitarra. Y por la noche, cuando se atenúa por fin la luz del sol (en esta época del año, eso significa medianoche), un paseo para observar las estrellas, siempre y cuando uno no esté muy cansado de la excursión matutina. Fue una lástima que me olvidase de meter algún programa de astronomía en el portátil (¿alguien me recomienda alguno de los que hay para Debian?). Por cierto, que resulta sorprendente la gran cantidad de satélites artificiales de órbita baja/polar que tenemos ahí fuera. Mires a donde mires en el firmamento, encuentras alguno. En la última década se han multiplicado las constelaciones de pequeños satélites artificiales; por ejemplo, los del sistema GPS. Aunque, ¿cómo distinguirlos de los satélites espía? Por si acaso, yo los saludaba a todos al pasar. Aunque ahora que lo pienso mejor, supongo que los satélites espía estarán pintados en mate, para camuflarse.

Si alguno esperaba mi habitual reseña de los libros que he leido, tendrá que aguardar a otro día. De lo que seguro que escribiré en los próximos días es de Python, pues una de mis tareas vacacionales (autoimpuestas) ha consistido en aprender este lenguaje. Pero eso será otro día.