El ocaso de los transbordadores espaciales
(This is a reprint of the original post)
¿Volveremos a ver volar algún transbordador espacial? Acaba de regresar el Discovery, y las perspectivas no son nada buenas. Me cuesta mucho creer que haya motivos técnicos que impidan seguir usando las naves con seguridad (¿acaso la gente que mandó hombres a la Luna no va a poder arreglar un problema de chapa y pintura 35 años después?). Me inclino más bien por los motivos políticos, aunque naturalmente, esos son mucho más difíciles de admitir, sobre todo cuando te has comprometido para ir a Marte y nadie te cree.
El transbordador nunca tuvo un objetivo (civil) muy claro, y las misiones parecen haber perdido hace tiempo la mayor parte de su interés científico. El desarrollo de un reemplazo lleva muchos años convertido en un proyecto en via muerta. En definitiva, el futuro del programa espacial tripulado es muy negro, puesto que los rusos tampoco están para tirar cohetes, ya que sus Soyuz tienen 40 años a sus espaldas. A ver qué hacen los chinos, y las distintas empresas que empiezan a moverse en este campo.
Con mucha menos publicidad que el transbordador espacial norteamericano, y en respuesta al potencial uso de éste como arma, la Unión Soviética desarrolló también su transbordador espacial, el Buran. Fue una auténtica sangría económica para la URSS durante los años 70 y 80, hasta el punto de convertirse en una de las razones del colapso económico de la Unión Soviética. Viendo las fotos del Buran (en el enlace anterior), resulta evidente el parecido con el Shuttle estadounidense. Sin duda, detrás se ocultan muchas historias de espías durante la guerra fria. El Buran sólo hizo un vuelo, no tripulado, en 1988 (video del despegue), antes de que el programa fuese cancelado. Para entonces, ya se habían construido o estaban en construcción media docena de naves. Con el paso de los años, estos monumentos de la guerra fria han corrido una suerte muy triste: algunos se vendieron por piezas en Internet, otros fueron vendidos a millonarios o museos. Uno estuvo perdido durante años hasta que un periodista alemán lo encontró en Brunei. Pero el peor destino estaba reservado al único que llegó a volar: en 2002, el hangar donde cogía polvo se hundió por falta de mantenimiento, destruyendo la nave y matando a 8 trabajadores.
Los europeos también hemos pensado en los transbordadores. El proyecto Hermes parecía prometedor, pero fue cancelado cuando todavía estaba en los tableros de diseño. Ahora tenemos otros planes. Y los japoneses también diseñaron un transbordador, pero después de muchos años, no parece que lo vayan a construir.