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Charlie y la fábrica de chocolate

(This is a reprint of the original post)

Ayer fui al cine para ver Charlie y la fábrica de chocolate, la adaptación de Tim Burton del libro homónimo de Roald Dahl. No sucede con frecuencia que vayas a ver una película basada en un libro del que guardas un gran recuerdo y que salgas del cine con un gran sabor de boca. Ayer me sucedió. La película es muy fiel al libro, desborda imaginación, color, buena música, una inteligente puesta al día (el libro tiene 40 años) y grandes interpretaciones. Tanto los personajes como los escenarios están calicaturizados en su justa medida, correspondiendo perfectamente a las descripciones e ilustraciones del libro. En resumen, un acierto de Burton, y una película que merece la pena ver. Por cierto, puestos a recomendar, también lo hago con la autobiografía de Roald Dahl, muy divertida. Además, cada vez que veo ese libro en mi estantería, me acuerdo de un amigo al que no veo muy a menudo.

Como ha salido a colación el tema del cine, aprovecho para comentar las noticias de cierres de salas de cine. Ahora que ya desaparecieron los cines mono-sala de Oviedo y de Gijón, llega el turno de los multicines. Hace poco que cerraron los Clarín (Oviedo), y pronto desaparecerán los Brooklyn (Oviedo), con lo que la ciudad se quedará sin cines urbanos. En Gijón, las cosas no están mejor. Este mismo mes cerrarán los Hollywood y los Fresnos. Y los cines Warner de Oviedo cerraron 6 de sus 18 salas. ¿Qué está pasando? ¿Es la piratería la que acaba con ellos? Más bien creo que la oferta se está ajustando a la demanda, después de unos años de crecimiento anormal.