Diego Berrueta

(This is a reprint of the original post)

El libro que acabo de terminar es el último que ha publicado Michael Crichton, y se titula Estado de Miedo. He leido al menos media docena del mismo autor, y este es uno de los que más me ha gustado. Pero no ha sido por la trama, que no es especialmente memorable, ni por el estilo literario, que tampoco brilla (todos los libros de Crichton parecen guiones cinematográficos. Parece que el autor estuviera más preocupado de describir la película que tiene en la cabeza que de lograr una narración fluida). Si me ha sorprendido el libro es por su contenido científico. Aunque la historia es ficción, las afirmaciones que hacen los personajes están respaldadas por una abultada bibliografía, como si fuera un artículo científico.

¿Quién no cree en el calentamiento global? Lo hemos oido, y nos han explicado sus causas (y sus culpables) tantas veces, que asumimos que se está produciendo. Lo que Crichton nos ayuda a descubrir, por boca de uno de los personajes del libro, es que no está tan claro que exista un calentamiento global. Incluso el ecologista más comprometido puede empezar a dudar después de leer, con la mente abierta, los datos e informes que se desgranan en este libro. Una parte de la comunidad científica no cree en el calentamiento global (de hecho, hasta hace sólo 30 años la mayoría de los científicos creían que estábamos entrando en una época más fría, algo que se produce cíclicamente en nuestro planeta). Otros consideran que la causa principal del calentamiento no es el exceso de gases de efecto invernadero, sino el cambio de los usos del suelo. Y otros rebaten el catastrofismo que suele acompañar a las manifestaciones sobre el calentamiento global, indicando que el aumento del nivel del mar puede ser muy pequeño, y que probablemente el efecto general de un calentamiento sea positivo (mejores cosechas en zonas más amplias, por ejemplo).

La gran virtud del libro consiste en ejercitar nuestro espíritu crítico, que debe permitirnos mirar todas las afirmaciones con escepticismo. Eso incluye también las voces de los científicos, fuertemente influidas por intereses económicos o políticos. Como lección final, el autor incluye un anexo sobre la eugenesia que pone los pelos de punta. Ese anexo está disponible (en inglés) en la web. Resulta un placer encontrar libros que conjugan entretenimiento y reflexión.