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Galway/Irlanda (II)

(This is a reprint of the original post)

El viento, que ayer era fuerte y frio, hoy ha mantenido su temperatura, pero se ha intensificado hasta adquirir caracter de huracán (90 millas/h, acabo de oir en la tele). En este momento, caminar por la calle ya no es simplemente desagradable sino muy difícil y peligroso. Mientras volvía de la conferencia hacia mi hotel, un tramo de la valla que rodea las obras de la plaza central de Galway salió volando y cayó sobre la acera apenas 20 metros detrás de donde estaba yo. Afortunadamente, no pilló a nadie debajo, pero los coches que pasaban por allí tuvieron que hacer una maniobra para esquivarla. Un poco más adelante, al pasar junto al puerto, el viento era tan fuerte que me empujaba fuera de la acera, hacia la carretera, y cruzar por esa zona fue bastante complicado. Finalmente, llegué al hotel, de donde ya no saldré esta noche. De camino hacia aquí, pasé por un take-away para llevarme la cena. De todas formas, hoy la comida fue bastante más generosa que ayer, así que tampoco estoy muy hambriento.

En el hotel ocupo una habitación abuardillada, que sólo tiene ventanas "hacia arriba", por lo que no tengo vistas. Bueno, aunque las ventanas estuvieran en la pared, tampoco serían unas vistas muy agradables, ya que esta fachada da hacia unos enormes depósitos de la Shell (que imagino no contendrán leche ni cerveza). Con el temporal que azota Galway, las ventanas se estremecen y cuando hay aguaceros, parece que fueran a romperse. Por cierto, que este hotel sí que tiene persianas.

Poco a poco voy soltándome con el inglés. Aquí en Irlanda hablan dos lenguas: el gaélico (que se parece al élfico pero escrito con nuestro alfabeto) y también algo que se parece al inglés. Escuchando la televisión irlandesa, resulta comprensible hasta cierto punto, pero a los nativos que se encuentra uno por la calle no hay quién les entienda. Con todos mis respetos, el acento irlandés suena algo nasal y arrastrado; en pocas palabras: parece que sus hablantes llevasen alguna copa de más. No obstante, los irlandeses con los que he hablado son simpáticos y comprensivos con los turistas. De todas formas, hablo más a menudo con extranjeros, aunque sobre eso ya escribiré más extensamente otro día. Por cierto, que ya que hablo de la tele irlandesa, su segundo canal ha puesto un par de películas interesantes en las dos últimas noches (una de 007 y también Conspiración en la red). A ver con qué me soprenden hoy. También vi un concurso bastante ridículo. El hotel me proporciona también algunas cadenas inglesas. Tanto Sky News como la BBC no dejan de hablar de los disturbios de Paris. Una nota más con relación a los idiomas: todos los carteles están en gaélico, y si hay suerte, también en inglés. Curiosamente, los nombres de los lugares y ciudades en los dos idiomas tienen un parecido muy difícil de detectar.