Galway/Irlanda (III)
(This is a reprint of the original post)
Hoy ha mejorado bastante el tiempo, lo que quiere decir que el viento se ha hecho menos intenso y casi no ha llovido (las calles están a punto de secarse). He podido, por tanto, dar otro paseo para completar mi recorrido por el casco viejo de Galway. Aunque hay rincones muy típicos, y muchos edificios con varios siglos de historia, no hay ningún lugar espectacular que invite a hacer fotos. Hay obras por todas partes y regueros de coches y peatones circulando, así la fotografía se antoja complicada.
Una de las oportunidades que brinda acudir a una conferencia internacional es poder ver las caras de los gurús, esos que escriben los grandes libros y que redactan los artículos que lees. La conferencia en la que estoy es bastante multitudinaria (unos 500 delegados), lo que tiene aspectos buenos y aspectos malos. El bueno es que están todos. El malo es que apenas hay oportunidad para acercarse a alguno de los protagonistas y hacerles alguna pregunta, porque están continuamente rodeados por una nube de personas. Tampoco es que yo tenga muchas cosas interesantes que decirles (he venido aquí a aprender), pero me gustaría poder charlar con alguno, hacerle algunas preguntas y presentarle mi trabajo. Me temo que es una misión difícil.
Otra de las ventajas de encontrarme en una conferencia tan cosmopolita es poder charlar con gente de un montón de nacionalidades. He conversado con Japoneses, Indios, ¿Jamaicanos?, etc. Tampoco es que mi inglés no es que me permita ser el centro de la conversación ni contar chistes. Supongo que la peor parte se la llevan quienes tratan de entenderme, porque yo entiendo bastante bien su inglés. Incluso entiendo a aquellos con fama de incomprensibles, como los indios, pero en cambio se me atragantan los centroeuropeos. En cuanto a los que tienen el inglés como lengua materna, hay de todo. Algunos hablan como la BBC, y es un placer escucharles. Otros hablan tan deprisa que no hay forma de cazarles una palabra.
Como ya he dicho, aquí hay gente de muchas culturas. Hay un buen porcentaje de asiáticos, pero en cambio los hispanos se cuentan con los dedos de una mano, no llegamos al 1%. En un ambiente tan heterogéneo y científico, se entiende perfectamente el caluroso aplauso que dedicó la sesión plenaria a las palabras de un miembro de la organización local, quien pidió a los asistentes que se abstuviesen de visitar un pub concreto de Galway (dio el nombre) porque el día anterior el dueño del pub había negado la entrada a uno de los delegados. La razón (aunque en realidad debería decir "sinrazón") fue la vestimenta de este delegado, que no debió parecerle muy católica al dueño del pub. Me pareció un gesto muy acertado por parte de la organización que pusiera en conocimiento de los delegados esta muestra de intolerancia por parte de un ciudadano de su ciudad, y propusiera la sanción. No en vano, fueron los irlandeses quienes inventaron, hace ya unos años, el boycott.
Algunas de las ponencias son un tanto "densas" y algo aburridas, pero en general, el nivel es muy alto. Me han impresionado las dotes de comunicación de alguno de los ponentes, que han ejecutado presentaciones espectaculares y muy entretenidas. También me ha sorprendido el atrevimiento de algunos ponentes, que utilizan en sus ejemplos referencias políticamente incorrectas (en el contexto de una conferencia internacional, me imaginaba que habría que ser muy cuidadoso con este tema). Sin embargo, he visto transparencias que (siempre en el contexto de un ejemplo) ridiculizan a Donald Rumsfeld o se preguntan dónde están las armas de destrucción masiva de Irak. Espero que al mencionar esto no esté poniendo en riesgo a las personas que osaron bromear con estos asuntos. Afortunadamente, creo que Echelon está apagado hoy porque le están cambiando la tarjeta gráfica, así que no hay problema.
La anécdota del día se produjo a sólo 15 minutos para el final de la sesión de hoy, cuando intervenía el último ponente. De pronto, se fue la luz en el barrio, y como la sala de conferencias no tiene ventana alguna, quedamos completamente a oscuras. Bueno, en realidad, había luz de sobra: la que emitían las pantallas de los portátiles, que se cuentan por cientos (ya contaré algo sobre portátiles mañana). Si este hubiera sido un congreso de coleccionistas de sellos, la oscuridad había sido total. Naturalmente, el público se tomó el acontecimiento con mucho humor. Pasaron unos cinco minutos hasta que volvió la luz, pero entonces sucedió algo inexplicable: por la megafonía comenzó a sonar música, y los expertos tardaron otros cinco minutos en encontrar el origen del problema (hubo tiempo de escuchar un par de canciones). Casualmente, la primera frase de la canción que empezó a sonar al volver la luz fue "now I can see you", lo que provocó grandes carcajadas. Solucionado el problema de la megafonía, entonces no hubo forma de que el cañón de proyección volviese a funcionar. Ante la interminable cadena de desdichas, la organización dio por concluida la sesión.
Se nos ha proporcionado un listado de las personas inscritas en la conferencia, junto con su empresa o universidad de procedencia. Hay gente de Nokia, el MIT, la OTAN, BT, la NASA, IBM, Google, HP, Adobe, Philips, etc., y de muchas universidades. A la hora de la comida estaba sentado junto a uno de los desarrolladores de wikimedia (el software que mueve la wikipedia). Durante el apagón, tenía al lado a un norteamericano muy conversador que tenía ganas de visitar España. Aunque ahora que hablo de norteamericanos, resulta que en la lista de asistentes también hay uno que trabaja para el Departamento de Ataque (perdón, Departamento de Defensa) de EEUU, y que sin duda le va a contar a su jefe Rumsfeld lo de la broma de hoy, y aún hay otro que simplemente trabaja para el "gobierno de los EEUU", así sin más. ¿Será que trabaja en una agencia secreta y no puede decirlo? Vaya, al final no va a hacer falta Echelon: ¡ya están infiltrados en el congreso!.