Diego Berrueta

(This is a reprint of the original post)

A pesar de que últimamente ando bastante liado, he conseguido terminar un par de libros que tenía empezados (no son los únicos, no obstante).

El primero de ellos es L.A. Confidential, la novela de James Ellroy en la que se basa la película homónima. La película es una de mis favoritas, en mi opinión, del lo mejor del cine de los 90. Por eso, cuando hace unas semanas encontré la novela a un buen precio, no pude resistirme. El libro no decepciona. Está escrito con un curioso estilo donde abundan las frases muy cortas, casi a pinceladas. Ahora puedo decir que la película es una adaptación muy digna de libro, aunque naturalmente los guionistas tuvieron que eliminar muchas sub-historias paralelas y algunos personajes, y retocar el final para adaptarlo al formato cinematográfico. Por cierto, este es el libro que llevé a Irlanda, precisamente porque la portada está en inglés; esto me permitió pasar más desapercibido en los momentos de lectura (por ejemplo, en los aeropuertos, las estaciones o en el tren, donde coincidí con una española que estuvo conversando en español por teléfono durante una hora, aparentemente sin darse cuenta de que no era la única del vagón que podía entender lo que decía). Otra anécdota: creo recordar que esta película fue la primera que vi en formato DVD, hace no se cuántos años en casa de mis tios. Qué curioso, apenas hace unos años las películas en DVD parecían un milagro.

El otro libro es Las bóvedas de Acero, de uno de mis habituales, Isaac Asimov. Sentía curiosidad por esta novela, ya que es la primera de la serie de los robots que a su vez, a través de un personaje, enlaza con la serie de la fundación (que no debe confundirse con mi lugar de trabajo). Aunque soy el primero en reconocer que Asimov no es un escritor maravilloso, casi siempre he disfrutado con sus novelas y sus cuentos, y en esta ocasión también.